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Las cosas buenas nos
llegan siempre en los momentos más inesperados, en los lugares más escondidos y
de las maneras más insospechadas. Y aunque
parezca inverosímil, la mayoría de mis recetas preferidas las he hallado en
recortes de revista escondidos en los bolsillos de mi chaqueta, en la nota
manuscrita de una amiga o en los apuntes que un familiar te pasa cual secreto bicentenario.
No quiero parecer exagerada, pero de todos los bizcochos de
calabaza que he probado, éste sin duda es el más maravilloso del mundo entero.
La receta original, modificada a mi gusto y el de mi nevera, es de un recorte
de revista que vete-tú-a-saber de dónde lo habré sacado.