¿Ya estáis preparando dulces para Semana Santa? Si es así, no dejéis escapar esta receta. Son unas rosquillas fritas, con licor de anís y sin leche, típicas de los pueblos de Aragón.
Os enamorarán des del principio porque su textura no es la
típica blandita, son muy crujientes por fuera y se conservan bien varios días
en un recipiente cerrado. Eso sí, ¡no es podréis conformar con comeros sólo
una!