Hace varios años que tengo masa madre en la nevera, de tanto
en tanto la vamos alimentando pero la verdad es que soy bastante despistada y
me cuesta seguir el ritmo de refrescos. Aprovechando la buena voluntad de estos
días para mantenerla viva, entre pruebas de Panettone, he recuperado esta
receta de pan de molde de un curso que hice allá en el 2014 y que es de la
mejorcitas que he probado.
Para cambiar un poquito, hoy vamos a preparar un pan plano
típico de Italia, la Focaccia. Veréis que es muy parecido a la pizza en cuanto al procedimiento pero el resultado es diferente. Queda extremadamente
crujiente por fuera y tierna por dentro. En el recetario italiano, hay
focaccias saladas y dulces. Hoy nos hemos decantado por hacerla con aceite de
romero ya que tiene un sabor pronunciado y sabroso que nos gusta mucho en casa
como acompañante de las comidas, aperitivos o como merienda.
Ya podéis hornear en casa una pizza crujiente y auténtica,
súper rica para cualquier momento. El secreto esté en no trabajar demasiado la
masa al estirarla y hornear primero la base con el tomate para después añadir
los ingredientes y acabar de dorarla.
De masas de pizza hay tal variedad que daría para escribir
una enciclopedia (o varias). Si la hacemos en casa, lo mejor es encontrar una
receta que nos vaya bien, que se adapte a nuestros gustos y no nos complique la
vida.
Con ésta que preparamos hoy conseguimos una textura tipo pan
y es súper rápida de hacer, aunque requiera de un primer leudado de 1h a 2h (según
temperatura de la cocina) no hará falta estar demasiado pendiente y queda muy
esponjosa.
¿Hace una pizza y una peli esta noche?
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