Tengo la suerte de tener una amiga maravillosa, Filo, de una gran nobleza y
una extraordinaria personalidad. Siempre la he tenido a mi lado, animándome y
apoyándome en los momentos más delicados.
Hace unos días, tomando un café, me trajo una bolsa de caquis bien dulces y
maduros, cogidos de su huerto. No perdí el tiempo y esa misma tarde me dispuse
a cocinar una receta de galletas, tuneando un poco la de galletas de calabaza
que publiqué hace un año. El resultado es éste que veis: unas fantásticas galletas de caquis y chocolate, una receta otoñal para
golosos, suave y aromática. La textura es bizcochona, rozando casi las tortitas, y riquísima.