Galletas de coco y avena

 

Quizás una de las primeras recetas que se aprendan cuando empezamos en el mundillo de la repostería sea alguna de galletas. Unas sencillas como éstas que no necesiten refrigeración ni complicaciones. Se hacen en un abrir y cerrar de ojos ¡y se comen igual de rápido!

Crepes de avena y cacao

 

Esta receta de crepes no es solo fácil sino también rapidísima. Parte de la harina se ha substituido por cacao y harina de avena lo que le confiere un sabor único y un aspecto diferente a la tradicional crepe, quizás menos crujiente pero más sabrosa. Esta versión tiene poco azúcar pero aun así, la podéis substituir por otro edulcorante sin problema (o directamente prescindir).

BARRITAS ENERGÉTICAS

Llevo una semana bastante movidita y parece que aún queda un poco para que las cosas se relajen. Y eso que este fin de semana no he trabajado… Pero justo hemos acabado las vacaciones de semana santa y empiezo a pensar en las de verano. Qué le vamos a hacer… el ser humano es así.

Mañana es lunes, el comienzo de otra semana, y seguro que nos irá estupendamente un buen chute de energía. Estas barritas energéticas son ideales: dulces, deliciosas y 100% transportables.

MAGDALENAS INTEGRALES CASERAS DE ESPELTA

Después de los cupcakes de cacao, he pensado que no iría nada mal cuidarse un poquito y, buscando una receta saludable y apetecible,  me he reencontrado con ésta de magdalenas integrales. Las hice ya hace casi un año y me encantaron, jamás había probado antes la espelta.

Ahora, intento añadir siempre harinas integrales en las comidas del día a día. ¡Hasta en las magdalenas! Ya no es porque sea sano (que ya sabemos que lo es), es por su sabor. No sabría cómo definirlo, es tan… rústico.

Me quedan muchas harinas y cereales por probar: kamut, quinoa, … Y cada vez que voy a la tienda, encuentro alguna que no había visto antes. ¡Estoy deseando probarlas todas!

COOKIES DE AVENA Y FRUTA (SIN FRUTOS SECOS)

Esta receta de cookies es crujiente y apta para todos aquellos que no pueden comer frutos secos. Lo mejor de todo es que admiten mil y una variedades. Se puede variar el tipo de chocolate (también obviarlo) y elegir la fruta deshidratada que más nos guste. Siempre que puedo opto por las fresas o la manzana, aunque ésta última me cuesta mucho de encontrar en las tiendas de mi ciudad.

Cómo casi todas las galletas, son muy fáciles de llevar consigo a cualquier parte. No podría parar de comerlas…