La galleta es un básico que se hace en un momento, especial
para novatos o para días perezosos, y que siempre viene de gusto. Es de las
primeras recetas que cualquiera aprender a hacer y siempre es agradecida. Lo
que más me gusta es el aroma que deja en toda la casa (¿porque no venderán
perfume de cookies en frasco?)
La recetilla que traemos hoy tiene un sabor pronunciado de chocolate, gracias al cacao en la masa, y a los trocitos de chocolate que hemos incorporado. No nos olvidemos de añadir algún fruto seco, como la avellana tostada, que le da ese toque crujiente irreemplazable.
Si las coméis tibias os va a encantar como están aún blandas y se deshace el chocolate en la boca junto a la mantequilla. Frías son crujientes, sobre todo si las hacemos finas, pero no sé si vais a resistir la tentación hasta que se enfríen si hincarles el diente.
Y atención porque estas galletas no llevan huevo, así que si
substituimos la mantequilla normal por una vegana, podemos adaptar la receta
para veganos sin problema. Todo son ventajas, así que… ¡no tenéis excusa!
Me encantará leer vuestros comentarios cuando cocinéis esta delicia.
¡Nos vemos muy pronto en el siguiente vídeo!
No hay comentarios:
Publicar un comentario