Uno de mis postres favoritos con calabaza es esta
cheesecake, no sé si es por la combinación de los aromas (canela, vainilla y
jengibre) o por esa textura tan suave. Ésta última característica se consigue gracias
a un horneado suave, no excesivo, y a la combinación del queso crema con el
mascarpone.
No es nada laboriosa ni requiere grandes técnicas, basta con mezclar los ingredientes y…. ¡listo! Podéis adaptarla fácilmente para dietas sin gluten: o bien obviando la base de galletas, con lo cual os saldrá una tarta muy ligera, o substituyéndola por galletas especiales sin gluten.
Y os quedará preciosa también en moldes individuales con nata montada a modo de cupcake. Las posibilidades son incontables. En esta ocasión, he escogido una crema de caramelo salado que nos regalaron hace poco y me ha ido al pelo porque la combinación es la mejor que he probado hasta ahora. En grandes supermercados encontraréis estas cremas ya preparadas y listas para usar.
Espero que os animéis a probar esta delicia y me expliquéis qué
tal os ha ido. No os olvidéis compartir el vídeo, ¡no os lo quedéis para
vosotros solos!
Nos vemos en la siguiente receta. ¡Hasta pronto!
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