Estos panecillos combinan a la perfección tanto con un
relleno dulce como con uno de salado y con ese maravilloso color anaranjado dan
un toque especial a cualquier desayuno o merienda. Son muy tiernos por dentro y
un pelín crujientes por fuera, la textura es muy parecida a los panecillos de
leche con la diferencia que son mucho más aromáticos gracias al cardamomo.
Éste lo podéis substituir o combinar con cualquier otra
especie que os guste: anís, vainilla, canela… Además, en casa hemos optado por
el sésamo para decorar y dar un toque de sabor extra pero también podéis usar
semillas de calabaza, de amapola o de girasol. Las combinaciones son infinitas.
Os animo a probar ahora que es temporada de calabazas y no os quedéis con las ganas. Normalmente, cuando hago panecillos acostumbro a congelar los que me han sobrado para poder descongelar y disfrutar en cualquier momento. Recordad tan sólo que los debéis congelar dentro de una bolsa de plástico bien cerrada y descongelar a temperatura ambiente fuera de la bolsa.
Espero que la receta de hoy os guste: ¿con que rellenaríais vosotros los panecillos? Me encantaría que me dejarais en comentarios vuestras ideas y así las compartimos entre tod@s.
¡Hasta pronto!
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