Estas delicias de coco son perfectas para un postre rápido y
sin complicaciones, es un clásico de nuestra cocina y nunca están de más sea la
temporadas que sea. Son extraordinariamente dulces, que no empalagosos, y
aunque sean blanditos tienen ese fondo crujiente del coco que los hace únicos.
Ya sé que vais a pensar en todo el azúcar que lleva (y en la harina). Pero nadie ha dicho que los tengáis que comer todos de golpe, ¿eh? Si conseguís que nadie más se los coma, los podéis conservar un par de días a temperatura ambiente e incluso congelarlos para ese caprichito del café de la tarde. Y si tenéis tiempo, quedan preciosos mojando la punta en chocolate derretido.
Apuntad bien esta receta porque pasará a vuestro fondo de
armario (de cocina) bien rápido.
¡Nos vemos en el siguiente vídeo!
Una abrazo,
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