Hoy os traigo una receta de un sabor profundo, con mucha personalidad y que además podrán comer todos aquellos que tengan intolerancia al gluten: es un bizcocho de harina de almendras y trigo sarraceno.
Este “trigo” es pariente del ruibarbo, un seudocereal, como lo llamaría el maestro Harold McGee en su libro“La cocina y los alimentos” (Ed. Debate, 2007). Nos lo describe, junto al amaranto y a la quinoa, como semillas que, a pesar de no ser cereales, se parecen y se utilizan de manera similar. También se le llama alforfón en algunas zonas pero me encanta su nombre en francés: ¡“blé noir”!
La combinación de los ingredientes sólidos en este bundt le aporta un sabor muy especial y el bizcocho es contundente a la vez que meloso, se deshace en la boca tras cada bocado.
La receta es del libro Zerogluten, una recomendación 100% no solo para los intolerantes al gluten. Encontrareis recetas dulces y saladas para cada día, saludables y originales.
A la hora de hacer recetas aptas para celíacos siempre he rechazado la utilización de las harina modificadas de trigo. No digo que no se deben utilizar: ¡y tanto que sí! Pero me gusta conocer otras fórmulas, otras opciones y descubrir el trigo sarraceno ha sido una gozada. Seguro que haré más recetas y prometo publicarlas, me ha encantado ese sabor tan profundo que lo caracteriza. Os apuntáis vosotr@s también?
Ingredientes para un Bundt Cake de trigo sarraceno y almendra
En un molde de bundt cake mediano.
- 250g de harina de almendras (almendras molidas muy finas)
- 180g de harina de trigo sarraceno
- 250g de mantequilla a temperatura ambiente
- 250g de azúcar blanco
- 6 huevos
- Ralladura de un limón
Mezclamos y tamizamos las harinas en un bol. Lo reservamos.
En otro bol grande, batimos la mantequilla con el azúcar y la ralladura hasta obtener una textura de crema. A velocidad baja, incorporamos las yemas de los huevos. Añadimos la mezcla de harinas y mezclamos hasta obtener una masa homogénea. No os preocupéis si es muy espesa.
Batimos aparte las claras al punto de nieve y las añadiremos a la mezcla en tres tandas, removiendo la mezcla con una espátula o una cuchara de madera. Siempre con movimientos envolventes para evitar que se bajen lo menos posible.
Echaremos la masa en nuestro molde y horneamos a 180ºC de 40 a 50 minutos. No desmoldeis el bizcocho hasta que esté completamente frío, evitaremos que se nos rompa.
A pesar de que yo lo he servido tal cual, espolvoreado con azúcar glas, le podéis poner cualquier glaseado con cítricos o frutos rojos.¡Veréis qué maravilla!
1 comentario:
Es una receta estupenda
tiene una pinta increíble y es algo sencillo y rico
un beesito
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