La Tarta mousse de tres chocolates es un clásico, con una apariencia
espectacular, realmente preciosa, y sin complicaciones. Esta receta me la ha
pasado mi suegro, de sus cursos de cocina, y sorprende que al ser de chocolate
sea tan ligera al paladar.
La receta original incorpora como base un bizcocho crujiente de praliné
pero lo he tuneado y preferido hacer una que no necesite cocción y que se
conserve crujiente a pesar de la humedad y el peso de la tarta. He optado por
un clásico de galleta y mantequilla que ya he utilizado en otras tartas. ¡Y el
resultado es realmente bueno!
La podemos conservar en el congelador, entera y bien envuelta en papel film o cortada en porciones listas para engullir en cualquier momento. Y a la hora de presentar la dejaremos unas 3-4 horas en la nevera y la espolvorearemos con cacao en polvo.
Ingredientes para una Tarta mousse de tres chocolates:
Para la base de galleta:
Para la crema inglesa:
Extracto de vainilla
4 yemas de huevo
Para la capa de chocolate negro:
1 hoja de gelatina
Para la capa de chocolate con leche:
1 hoja de gelatina
Para la capa de chocolate
blanco:
1 hoja de gelatina
Trituramos las galletas e
incorporamos la mantequilla derretida. Mezclamos bien hasta que ambos
ingredientes estén bien integrados. Los ponemos como base de nuestra tarta en
el molde, la repartimos bien y chafamos, con el dorso de una cuchara, contra la
base para que quede bien apretada.
La reservamos en la
nevera o el congelador mientras preparamos el relleno.
Hacemos la crema inglesa.
Para ello, hervimos la nata y, en un bol aparte, mezclamos las yemas con el
azúcar. Incorporamos la nata caliente a la mezcla de huevos mientras batimos.
Agregamos el extracto de vainilla.
Dividiremos la crema en
tres partes de unos 200 g
cada una que nos servirán para preparar cada una de las tres capas.
Hidratamos las hojas de
gelatina, poniéndolas en remojo en agua fría 5 minutos. Mientras, derretimos al
baño maría o en el microondas los chocolates en bols separados.
Una vez hidratada la
gelatina, la escurrimos y ponemos una hoja por cada parte de 200 g de crema inglesa.
Removemos hasta su completa disolución e incorporamos uno de los chocolates por
cada parte. Por último, agregamos con mucho cuidado la nata semi-montada que le
corresponde a cada una.
Vertemos una primera capa
del color que queramos en el molde preparado y lo congelamos bien antes de
incorporar la segunda. Y volvemos a congelar antes de acabar la tarta con la
tercera capa. A mi me ha gustado hacerlo de manera que quedase la de chocolate
blanco encima con la idea de crear contraste con el cacao en polvo.
Tened cuidado a la hora
de congelar las diferentes capas y mirad de poner la tarta bien plana en el
congelador, sino os saldrán torcidas.
Ya veréis por las fotos que se me ha ido la mano a la hora de congelar y no
ha habido manera de poner la tarta recta en los cajones del congelador.
¡Necesito una nevera más grande! (aunque primero tendré que ampliar la
cocina…).
Para que no cuaje el chocolate que está esperando mientras el otro se
congela, removeremos el bol de vez en cuando.
Espero que os animeis a probarla, ¡éxito
asegurado!
Besos,
Montse.
3 comentarios:
Te quedó una tarta muy rica y nutritiva.Besossss y gracias.
Qué tarta tan deliciosa, me encanta la textura. besos
Y solo con una hoja de gelatina cuaja? O hay que comerla congelada?
Publicar un comentario