MINI PASTEL DE CHOCOLATE

¿Habéis visto que ya somos más de cien seguidores en el blog? ¡Qué ilusión! No me lo podía creer, hace unos días eran 2 cifras y ya son 3. ¿Y ahora qué? Pues ahora… ¡sorteo! Estad atentos porque esta semana traeré uno bien chulo.

De momento os dejo con un pastel y una noticia: abro una nueva sección en el blog. He pensado mucho el nombre y he descubierto que no tengo demasiada imaginación. Pero no podía presentarlo sin un nombre, ¿no os parece? ¡Comecuentos!

¿Y de qué va? Pues se trata de tratará de un artículo en el que os presentaré un cuento especial acompañado de un receta que me haya inspirado. No sé si ya os lo había dicho: ¡soy bibliotecaria! Y me ha parecido que podría ser una manera simpática de mezclar dos cosas que ocupan mucho tiempo en mi vida: la literatura y la repostería. Espero que también os guste la idea y me acompañéis en esta nueva aventura. Una aventura que empieza justamente el día del libro.

¿Empezamos con el pastel?

Está inspirado en la leyenda de San Jorge y el dragón que os expliqué en mi anterior post.

La cobertura está hecha con fondant de chocolate negro, el más sencillo. Quería probar un fondant que no tuviera gelatina y que fuera totalmente vegetal. ¡Aquí está el resultado! La receta no me la he inventado, sale en muchísimos blogs y es una mezcla bastante común en repostería americana. La verdad es que no me ha entusiasmado y no creo que la aplique demasiado en un futuro. Prefiero una buena tarta Sacher, con su cobertura de chocolate fundido (mmmm…). Me resulta mucho más sabrosa pero ya se sabe que sobre gustos no hay nada escrito.

La peor parte es que resulta muy complicado extenderla sin dejar marcas. Lo digo des de mi inexperiencia con el fondant y comparándolo con lo poco que he utilizado el que se vende hecho o el de nubes. Pero también hay que decir que es ideal para modelar rosas porque queda muy bonito y vistoso.

Lástima de ese churro verde que veis en la foto. Era un intento de hoja y… ¡se me derritió el glaseado!

Os dejo la receta por si os apetece probarlo.

Para el fondant de chocolate negro:

• 200 gr de chocolate negro
• 65 gr de sirope de maíz

Derretimos el chocolate negro y le agregamos el sirope de maíz. Removemos y  dejamos enfriar en una bolsita de congelación. Lo podemos dejar en la nevera.

Al día siguiente se tendría que poder amasar. Si estuviera muy duro, unos segundos en el microondas harán que se ablande.

Para el bizcocho todoterreno de 20 cm (o 6 minis):

• 4 huevos
• 120 gr de azúcar blanco
• 120 gr de harina de trigo
• 20 gr de mantequilla

Calentamos el horno a 175ºC.

Primero, derretir la mantequilla con cuidado. Mientras se enfría, preparamos la masa básica.

Batimos a velocidad alta los huevos enteros con el azúcar blanco. Estaremos un buen rato hasta conseguir que la mezcla blanquee. Veréis que cambia ligeramente de color y la textura parece de espuma.

Es momento de agregarle la harina tamizada. Moveremos con una espátula o una cuchara de madera hasta que la mezcla sea homogénea.

Le añadiremos la mantequilla derretida y entibiada. Batiremos a velocidad un par de minutos o menos. Lo justo para que se mezcle bien la mantequilla.

Ya podemos pasar la masa a un molde de 20 cm. Si no es de silicona, conviene engrasarlo un poco, sea de margarina o mantequilla.

A mi me van muy bien los que son de aluminio desmontables. Sólo engraso las paredes y la parte superior la forro con papel de horno vegetal.

Lo horneamos a 175ºC-180ºC durante 25 minutos aproximadamente.

Una vez cocido, los sacamos del horno y lo desmoldamos. Lo dejaremos enfriar bocabajo sobre una rejilla antes de ponerle el relleno y el fondant.

Una vez frío, le podemos poner la ganache o la crema que nos parezca. La receta de la ganache de chocolate negro la teneis aquí.

¿Que os parece el corte?