DRAGONES DE VAINILLA

Pronto será el día de San Jordi, una jornada especial en Cataluña porque, además de ser nuestro patrón, es el protagonista de una leyenda hermosa y muy conocida.

Cuentan que en el pueblo de Montblanc, un dragón aterraba a los aldeanos. Para evitar que los atacara, éstos intentaron alimentar a la bestia dándole cada día un animal. Pero tenía tanta hambre, que en poco tiempo se acabaron todos
y tuvieron que encontrar otra solución. En un intento desesperado por sobrevivir, decidieron darle una doncella cada día, que sería escogida mediante un sorteo.

Pero sucedió que un día le tocó el turno a la hija del Rey. Su Majestad no tuvo otra que cumplir con la ley y enviar a la princesa a la cueva del dragón. Cuando estaba a punto de ser devorada, apareció un caballero sobre un caballo blanco y luchó con el reptil hasta matarlo con su lanza. Dicen que de la sangre que brotó del dragón, nació un rosal de rosas rojas. Y, cómo no podía ser de otra manera, el caballero Jordi le regaló una a la princesa. Para los catalanes, el 23 de abril no es sólo el día internacional del libro sino también un homenaje al amor, nuestro San Valentín.

Por eso, este lunes, las calles se llenaran de paradas de libros y de rosas para que cada uno de nosotros podamos encontrar lo que buscamos.

A mi me da un poquito de pena el dragón. Pobre animal, ¡que sólo tenía hambre!  Los lobos y los dragones son los damnificados en los cuentos y en las leyendas, siempre los pintan malos malísimos. Aquí les dejo unas recetas-homenaje, sin huevo, y que son el resultado de un experimento particular y de un olvido accidental. El sabor y la textura son muy buenos y variará según el extracto que hagáis servir. Eso sí, tengo que advertir que se deforman un poquito más que otras recetas básicas de galleta (pero sólo un poquito, ¿eh?).

Ingredientes para las galletas de dragón:

• 200 gr de mantequilla
• 100 gr de azúcar glas
• 325 gr de harina de repostería
• Extracto de vainilla

Batimos la mantequilla con el azúcar a velocidad alta hasta que estén bien integrados y cambien ligeramente el color. Bajamos la velocidad al mínimo y agregamos el extracto de vainilla y después la harina. Lo haremos a cucharadas y sin parar de batir a velocidad baja. Estará lista cuando al toca la masa, ésta no se pegue a las manos.

Puede que en el último momento, sea más fácil juntar toda la masa a mano y dejar de lado la batidora.

Dividimos la masa en dos y las estiramos hasta un grosor de medio centímetro. Enfriamos las placas en el frigorífico mínimo 3 horas. Siempre es mejor toda una noche, especialmente en verano.

Cuando queramos hornearlas, sacaremos la masa de la nevera y cortaremos las formas. Se hornean a 180ºC durante 10 minutos, aproximadamente.

Una vez frías, ya las podemos decorar o… ¡comer!

Para la decoración en forma de dragón, he utilizado glasa coloreada de verde.

• Para los tres modelos, primero he contorneado la forma y la he rellenado.
• Los ojos son perlitas de azúcar.  
• En uno de los dragones, he probado a ponerle azúcar granulada por encima, también teñida de verde para dar un efecto desigual en la “piel”
• En otro, le he puesto escamas blancas. Mientras la glasa aún no se había secado, le he ido colocando corazones pequeños de azúcar puestos al revés: de manera que la parte superior del corazón queda escondida en la glasa y sólo de ve la parte inferior, la del triángulo.
• Por último, he dejado unos cuántos para reseguir el contorno y hacerlos más sencillos.

¿Cuál os gusta más?