CUPCAKES DE CHOCOLATE NEGRO

¡Extraordinariamente negro! El muffin es realmente jugoso, ligero y se conserva tierno varios días si lo vais a comer sólo. Lo he combinado con una ganache de chocolate negro, que últimamente me tiene enamoradísima. Me encanta el sabor a chocolate auténtico, un tanto amargo e intenso, y esta combinación con el muffin es perfecta.

Además, al no llevar nada de azúcar ni mantequilla en el frosting, no se hacen pesados y absolutamente nada empalagosos.

Si lo vuestro es el chocolate, no podéis dejar de probarlos.

Para 27 muffins de chocolate negro:

• 200 gr de harina de trigo
• 1 cucharadita y media de bicarbonato
• 1 cucharadita de sal
• Media cucharadita de levadura en polvo
• 250 ml de agua
• 55 gr de cacao en polvo (del que no tiene ni azúcar ni harinas)
• 170 gr de mantequilla a temperatura ambiente
• 180 gr de azúcar moreno
• 2 huevos
• 1 cucharadita de extracto de vainilla
• 225 gr de mascarpone o queso de untar (el mascarpone queda bastante mejor)

Calentamos el horno a 180ºC.

Hervimos el agua y la agregamos al cacao. Removemos con una cuchara hasta que esté totalmente mezclado y dejamos entibiar. Lo utilizaremos más adelante.

En un bol tamizamos juntos la harina, el bicarbonato, la sal y la levadura. Reservamos.

En otro bol grande, batimos la mantequilla con el azúcar hasta que esté bien integrada. Agregamos los huevos y el extracto de vainilla. Mezclamos bien. Añadiremos la harina en tres tandas y alternando con la mezcla de agua y cacao. Cuando ya tengamos una masa homogénea, añadiremos el mascarpone. Batimos bien.

Llenamos los moldes de muffins i lo hornearemos a 180ºC durante 20 minutos aproximadamente. Se abren un poco de arriba (como en la foto) y, mientras se enfrían, bajaran de volumen.

Ganache de chocolate

Para poder cubrir todos los cupcakes de esta ganache, tendréis que hacer el doble de la receta que os pongo.

Ingredientes para la ganache de chocolate negro:

• 75 gr de chocolate negro 70%
• 100 ml de nata para montar (en estado líquido)
• 10 gr de miel de caña (una cucharada y media)

Troceamos el chocolate en un bol. Calentamos la nata con la miel hasta que empiece a hervir. La echamos sobre el chocolate y removemos bien a mano con unas varillas hasta que esté disuelto.

Lo dejaremos enfriar unas horas a temperatura ambiente sin tapar. Es importante que no lo tapemos para que no quede humedad que pueda gotear en el chocolate. Si no lo queremos dejar destapado para que no caiga nada, lo podemos tapar con un paño de algodón (que transpira). Cuando vayamos a utilizar la ganache, la batiremos a velocidad rápida con unas varillas. Estará lista cuando veáis que cambia ligeramente de color: pasará de un negro intenso a un marrón oscuro.