Estos buñuelos están basados en una masa choux. Es una pasta blanda, que se puede modelar casi con manga pastelera. También se utiliza para otros postres y se pueden cocer al horno (como con los profiteroles) o fritos (como los buñuelos).
Durante la cocción, sea de una u otra manera, aumentan enormemente de volumen. Y además, como quedan huecos por dentro, son ideales para rellenar con cualquier crema que nos guste.
Ingredientes para la masa choux de los buñuelos:
- 130 gr de harina de trigo
- 4 huevos
- 3 cucharadas de azúcar blanco
- 200 ml de agua
- 30 gr de mantequilla
- Una pizca de sal
- Aroma: canela en polvo
- Aceite de girasol (sólo para freír)
Para rebozar el buñuelo una vez cocido:
- Azúcar blanco
- Canela en polvo
En un cazo, ponemos a fuego medio el agua, la canela, la mantequilla y la sal.
Dejamos que hierva y echamos de una sola vez toda la harina (todo esto en el fuego, ¿eh?). Hay que remover rápidamente y con energía hasta que nos quede una masa compacta que se separe de las paredes del bol. Lo veréis enseguida, porque podéis chafar y desplazar la bola dentro del bol y no se desmonta.
Retiramos el cazo del fuego y vamos añadiendo los huevos, enteros, un pco batidos y de uno en uno (aquí me ayudó mi pequeña chef). Hasta que el primero no esté bien incorporado, no echéis el siguiente. Y así sucesivamente hasta acabar con los 4 huevos.
Después del último huevo, podemos batir la masa con el batidor para que nos quede más fino.
Dejamos reposar la masa en un bol tapado durante 40 minutos.
Mientras, podemos preparar:
- Una sartén muy honda o un cazo hondo para freír los buñuelos. Deben quedar totalmente cubiertos y que no toquen el fondo del recipiente. Los he frito en aceite de girasol pero seguramente también se podrá con cualquier otro aceite suave al que estéis acostumbrados.
- Un plato hondo con bastante azúcar y una cucharadita de canela en polvo. Éste preparado lo debéis ir renovando a medida que se “ensucie” al bañar los buñuelos: tirar el viejo y poner nuevo. La renovación es necesaria para que no se queden pegotes de azúcar mal repartidos por el pobre buñuelo. Por eso, es mejor no echar demasiado azúcar la primera vez.
- Un colador grande. Como podéis ver, el mío es muy pequeño y enseguida se llenaba. ¡Para la próxima ya pediré uno prestado!
Ahora ya estamos preparados para freír nuestros deliciosos buñuelos:
- Vamos echando cucharaditas de masa en la sartén. Comprobad que el aceite esté caliente. Y, pensad que las cucharaditas son eso: ¡cucharaditas! Sino, podéis observar en la primera tanda cómo crecen para calcular proporciones. A mi me salieron unos pedazos de buñuelos impresionantes que no me cabían en la sartén… Hay quién lo hace con manga pastelera y va cortando trocitos con unas tijeras a la vez que caen la sartén. No lo he probado pero si alguien lo ha hecho o tiene algún otro truco, le agradecería que lo compartiese. A ver si por una vez, me salen todos iguales…
Y ahora, ¿cómo les doy la vuelta? |
- Cuando ya están bien fritos, los sacamos de uno en uno y los dejamos escurrir en el colador unos segundos.
- Enseguida los pasaremos por la mezcla de azúcar y canela. Y los podemos ir colocando en una bandejita o un plato.
Después los podemos comer tal cual y tendremos unos deliciosos buñuelos de viento. O podemos rellenarlos de crema pastelera con una manga pastelera como la de la foto: sin palabras.
Como la crema es bastante delicada, una vez rellenos, he guardado los buñuelos en la nevera, dentro de una fiambrera hermética. Aunque, a decir verdad, para lo que han durado no hubiese hecho falta.
Un beso para tod@s y muchas gracias por vuestras visitas y comentarios.
2 comentarios:
HOla
que ricos estos buñuelos, son tan buenos y te los comes así sin enterarte...
besos
Magnífica receta con un resultado más que tentador. Lo que daría yo por probar tan solo uno de tus buñuelos...
Besos.
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